«No necesitas ver toda la escalera, sólo da el primer paso». Martin Luther King.
En el campo vivían una liebre y una tortuga. La liebre era muy veloz mientras que la tortuga caminaba siempre con aspecto cansado, pues no en vano tenía que soportar el peso de su gran caparazón. Ante las burlas de la liebre, un día, la tortuga le dijo:
– Tú serás veloz como el viento, pero te aseguro que soy capaz de ganarte una carrera.
– ¡Ja, ja, ja! ¡Ay que me parto de risa! ¡Pero si hasta una babosa es más rápida que tú! – contestó la liebre mofándose.
– Si tan segura estás – insistió la tortuga – ¿Por qué no probamos?
– ¡Cuando quieras! – respondió la liebre.
– ¡Muy bien! Nos veremos mañana a esta misma hora junto al campo de girasoles.
Al día siguiente ambas se reunieron en el lugar convenido. La liebre y la tortuga comenzaron la carrera. La tortuga salió a paso lento, como era habitual en ella. La liebre, en cambio, salió disparada, pero viendo que le llevaba mucha ventaja, se paró a esperarla y de paso, se burló un poco de ella. La tortuga alcanzó a la liebre y ésta volvió a dar unos cuantos saltos para situarse unos metros más adelante. De nuevo la esperó y la tortuga tardó varios minutos en llegar hasta donde estaba, pues andaba muy despacito.
– ¡Te lo dije, tortuga! Es imposible que un ser tan calmado como tú pueda competir con un animal tan ágil y deportista como yo.
A lo largo del camino, la liebre fue parándose varias veces para esperar a la tortuga, convencida de que le bastaría correr un poquito en el último momento para llegar la primera. Pero algo sucedió… A pocos metros de la meta, la liebre se quedó dormida de puro aburrimiento así que la tortuga le adelantó y dando pasitos cortos pero seguros, se situó en el primer puesto. Cuando la tortuga estaba a punto de cruzar la línea de meta, la liebre se despertó y echó a correr lo más rápido que pudo, pero ya no había nada que hacer. Vio con asombro e impotencia cómo la tortuga se alzaba con la victoria.
Por dónde comenzar
Nos dice Art Byrne:
«A la hora de decidir por dónde comenzar, esperaría que te estuvieses preguntando a ti mismo las dos siguientes cuestiones: Cómo esperas liderar una transición Lean en tu compañía si tú mismo no sabes mucho sobre el asunto. Y cuánto conocimiento necesitarás aprender antes de ponerte en marcha.»
Lo único que tenemos claro es que no lo tenemos claro. O mejor dicho, tenemos claro que las recetas universales no suelen funcionar bien en el mundo Lean. Buscamos recetas buscando el camino fácil.
«Una de las principales complicaciones que afrontan las empresas a la hora de implantar Lean es que están obligadas a comenzar en el lugar en el que están, y con la cultura que tienen en este momento.» – George Koegnisaecker.
Una receta universal exige una situación estándar, lo cual no suele suceder. Como sabemos, uno de los consejos más ofrecidos a los que empiezan es: «Comience con 5S». Ya tenemos experiencia para saber que aún no siendo un mal consejo, muchas veces no es el adecuado. Algunos incluso aconsejan directamente no empezar por 5S.
«No creo que ninguna empresa deba comenzar por las 5S. (…) Creo que hay otras formas mucho mejores para comenzar. 5S es una respuesta fácil. Lean no es un proceso fácil. Empieza tu transformación por el propósito.» – Jamie Flinchbaugh.
>En la búsqueda de orientación, encontramos algo más específico en Jeffrey Liker. Nos dice:
«El éxito completo de una iniciativa de transformación Lean depende de tres cosas:
1. Un foco absoluto en la comprensión de los conceptos que apoyan la filosofía, las estrategias para su implementación, y el uso efectivo de los métodos, más que centrarse en la aplicación sin cabeza de las herramientas.
2. La aceptación incondicional de todos los aspectos de un proceso de transformación Lean, incluyendo aquellos que producen un efecto indeseable a corto plazo.
3. Un plan de implementación diseñado cuidadosamente que contenga una sistemática, ciclica y continua erradicación del despilfarro.»
Aunque seguimos sin la codiciada receta. Sin embargo, lo más específico que tenemos a la mano, es lo más antiguo. Se trata de los consejos que Womack nos daba en el Lean Thinking. Recordad, año 1990:
«Hemos averiguado (…) que los mejores resultados se consiguen por medio de una serie de medidas y de iniciativas seguidas en un orden preciso. El secreto consiste en encontrar los líderes adecuados, con los conocimientos correctos y empezar con el flujo de valor. (…) El paso más difícil es simplemente conseguir arrancar.» – James Womack
Destaco los factores apuntados: 1) Encontrar los líderes adecuados; 2) Con los conocimientos correctos y 3) Empezar con el flujo de valor. Fijaos además que nos dice que «lo más difícil es arrancar», y no «elegir por donde arrancar». El primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás.
Hasta el momento detectamos un trasfondo común: La formación. ¿Cómo pretendemos hacer algo nuevo, y además con probabilidades de éxito, si primero no lo aprendemos?
Aún así, lo más preciso que conocemos, como decíamos, nos lo ofrece Womack en forma de 5 pasos:
- – Especificar Valor
- – Identificar el Flujo de Valor
- – Implantar Flujo
- – Implantar Pull
- – Repetir el ciclo eternamente
Estos 5 pasos nos sirven de guía en los cursos de formación, incluso hoy, 27 años después de su publicación, porque nada ha demostrado ser mejor. Pero esto es un segundo nivel. Como decimos, el primero es la formación.
¿O quizás hay algo más?
Los autores coinciden en algo más:
«Liderar una transformación Lean es un trabajo duro, y necesitarás liderazgo si quieres que tenga éxito.» – Art Byrne.
«Taichi Ohno indicó que solamente un fuerte liderazgo llevaría a la organización a la nueva situación cuando dijo: «Usé mi autoridad en su máxima extensión»». – George Koegnisaecker.
«El secreto consiste en encontrar los líderes adecuados» – Womack
«Es difícil de comprender para aquellos ajenos a Lean cómo de importante es el desarrollo de líderes que vivan nuestro valores. (…) La excelencia de la persona se consigue únicamente cuando tienen líderes excelentes» – Akio Toyoda.
«Hay tres lecciones que podemos aprender de cómo Toyota afrontó la triple crisis [la rellamada, la recesión mundial y el accidente del Lexus]: La primera es recordar cómo de crucial es el liderazgo en Lean». – Jeffrey Liker.
Andábamos a la busqueda de una herramienta y nos hemos encontrado con otra cosa. ¡Vaya! Parece que esto va por caminos diferentes a los que la intuición nos lleva.
¿Será el sindrome de la liebre, narrado al comienzo?
Takeuchi San, mentor japonés de David Meier, Group Leader Toyota Motor Manufacturing: «Dave-san, nuestro trabajo consiste en, cada día, mejorar un poco.»
Liderazgo y formación. No hay lugar mejor para comenzar.
¿Qué opinas tú? ¿Cuáles son tus pensamientos sobre este asunto? ¿Qué te dice tu experiencia? Espero tus reflexiones, my friend.